La normalización de la violencia en las aulas
El pasado viernes 26 de Octubre tuvimos la oportunidad de formar parte de las Jornadas contra el Bullying LGTBfóbico que se llevaron a cabo en Noia. El colectivo LGTBIQ+ nos invitó con el objetivo de cubrir una necesidad formativa que muchos y muchas docentes de la zona estaban demandando: cómo detectar e intervenir ante los casos de bullying.
En este sentido tomamos conciencia de las dudas que persisten aún entre las familias y el profesorado, demandando una formación que debe dirigirse tanto hacia el personal docente, como hacia el alumnado.
Impulsados por la satisfacción de esta necesidad nos gustaría daros algunas claves que puedan serviros de base a la hora de valorar vuestra convivencia con situaciones de acoso en las aulas. En esta primera parte abordaremos únicamente qué es lo acoso escolar y quien participa, con el objetivo de proporcionaros un marco de referencia.
- ¿Cómo detectar el acoso en el contexto escolar?
Todos y todas tenemos alguna idea de lo que es el acoso escolar y, desgraciadamente, la mayoría de nosotros tuvimos que relacionarnos con este tipo de situaciones a lo largo de nuestro período educativo. Estamos tan acostumbrados a ver y convivir con la violencia que muchas veces ya no sabemos distinguir qué se considera bullying y qué son comportamientos “normales” entre los niños/las.
A nivel institucional, el acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o social producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto dentro del centro educativo, como a través de las redes sociales. Esta acción persecutoria y negativa es intencionada y sitúa a la víctima en posiciones de las que difícilmente puede salir por sus propios medios.
En este sentido, las claves para poder identificarlo son:
- Que exista intención de hacer daño.
- Que el maltrato se ejerza de manera reiterada: repetido y mantenido en el tiempo.
- Que exista una situación de desigualdad: La persona que sufre se siente en inferioridad de condiciones para defenderse y resolver esta situación.
2. ¿Quién participa en el acoso escolar?
Uno de los aspectos fundamentales a conocer es la responsabilidad que tenemos todas las personas una vez que sabemos que esta situación está sucediendo, el llamado “triángulo del Bullying”.
En este sentido se consideran participantes del mantenimiento del acoso escolar los siguientes:
- Persona que sufre: Es la persona considerada “agredida o víctima pasiva” del acoso. Habitualmente siente culpa (por no ser quien de salir de esta situación por sus propios medios), vergüenza (por ser atacada por aquello que la hace diferente) e indefensión (ya que se no considero tener recursos para salir del maltrato solamente puedo “padecer”).
- Persona que agrede: También llamada “agresora o víctima activa”. Habitualmente ejerce violencia por control y poder. A grandes rasgos, a la persona agresora le produce satisfacción provocar sumisión en la víctima pasiva y controlar su comportamiento. Además, este sentimiento se exalta al recibir apoyo social (silencio y complicidad) por parte de los espectadores.
- Espectadores/as:
- Activos: Es aquel alumnado que participa en la violencia, aunque no maltrate explícitamente. El pequeño grupo que acompaña a la víctima activa y que puede incitar, insultar, reír o, simplemente, observar cerca el acoso.
- Pasivos: Son todos/las los/las demás, que observan la situación o la conocen sin hacer nada. Incluyen tanto al alumnado como al personal docente.
El papel del espectador es clave en el proceso porque favorece la sensación de poder y popularidad de la persona agresora y aumenta la sensación de indefensión de la víctima pasiva, quien finaliza pensando que su sufrimiento no es importante para nadie y que no hay ayuda posible.
Debido a esto, las medidas más potentes y eficaces se dirigen a la intervención sobre el/la espectador/a provocando que asuma responsabilidad y “ desnormalice” la violencia en las aulas.
Una vez detectáis una situación de violencia en vuestro centro podéis tomar una serie de medidas antes de categorizar y determinar si es o no acoso escolar. Puede ser eficaz hacer un debate con el grupo completo sobre el tema, facilitar la expresión de opiniones y emociones sobre la violencia verbal y/o física, la exclusión social…, explicar quiénes son los espectadores y qué papel tienen… Estos pequeños movimientos pueden darnos mucha información y movilizan los recursos del grupo para poner soluciones al problema.
En posteriores entradas explicaremos como detectar lo acoso escolar desde lo entorno familiar.
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