Los recursos creativos terapéuticos como la plástica, la pintura, la música, el movimiento, nos permiten, a quienes trabajamos con ello, aportar un valioso material de información personal, que nos “cuenta” del mundo interior, de niños, adolescentes y adultos.
El universo de las emociones y vivencias es un lugar privado al que solo “cada uno” tiene acceso. Ese archivo de imágenes, sensaciones y recuerdos que nos hace singulares, puede revelarse de infinitas maneras. El arte, como mediatizador de la comunicación, es un punto de partida para esta búsqueda y transformación. Todo parte de un cuerpo y se expresa a través de su vivencia.
El arte, sin duda, es un recurso que nos permite dar expresión a las emociones difíciles, revelando significados nuevos a conflictos antiguos y también para reconocer aquellos pensamientos o vivencias que por algún motivo han permanecido ocultos, dormidos, bloqueados, y que, en el aquí y ahora, nos permite un discurso que posibilita un nuevo enfoque y perspectiva.
Dentro del proceso de búsqueda creativa, los materiales cumplen un factor muy importante, como facilitadores del acercamiento a los deseos, inhibiciones, prejuicios, y un permiso implícito para la incertidumbre, frustraciones y miedos.
Utilizamos pinturas, arcilla y todo tipo de material reciclado que será útil para despertar el imaginario.
El acompañamiento profesional, en este recorrido, es importante y necesario para dar significado a los diferentes contenidos que van surgiendo. El lugar del terapeuta, será proponer, acompañar a visibilizar diferentes miradas y posibles resoluciones de conflictos que pueden aparecer en los trabajos y pertenecen al mundo interior de la persona.
Salir de lo cotidiano, lo conocido, lo habitual, lo estructurado, a veces causa miedo, ansiedad, inseguridad, confusión. Explorar ese mundo interno, sintiéndonos acompañados y seguros, y expresarlo de manera diferente puede ayudar a conocernos más, despertar los sentidos, y descubrir una mirada más conciliadora e integradora. Sin duda, el arte es un lenguaje que aporta otros discursos, otros paisajes, otras formas de mirarse y percibir el mundo que nos rodea.
La utilización de las manifestaciones artísticas, plásticas, corporales, musicales o teatrales como modalidad terapéutica promueve no solo la expresión individual o grupal, sino que también es recurso mediador en la prevención en salud mental.
Sandra Verba Szerman
Psicoterapeuta
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